¿Y SI… TU “ESPIRITUALIDAD” ES OTRA MÁSCARA DEL EGO?

Es muy fácil engañarse y pensar que para poder identificarse como “ser espiritual” no se pueda sentir enojo, tristeza o ira, asistir a ciertos lugares, vestir de diferente forma o acatar determinados patrones de comportamiento social.

Poco a poco vamos adquiriendo un disfraz más sutil sin darnos cuenta de que es solo otra máscara y que hacer todas esas cosas no nos vuelve espirituales, la espiritualidad consiste solamente en la práctica…

Pero no en la práctica de viejos preceptos ya sea budistas, católicos, cristianos o mahometanos, sino que simplemente en practicar la vida,

Hay personas que adquieren el disfraz espiritual y dejan de comer carnes, leen la biblia, el Corán, llenan sus casas de imágenes de santos, de buda, de campanas tibetanas etc. y empiezan a comportarse de acuerdo a la idea que ellos tienen de la espiritualidad y se vuelven prisioneros de ese concepto.

Eso no es más que un ego espiritual que quiere exhibirse ante los demás.

El ser espiritual no necesita de nada de eso porque encuentra el espacio sagrado dentro de sí mismo, sin hacer alardes.

La espiritualidad no es exhibicionista ni competitiva.

El ser espiritual toma la vida como la gran escuela que es y por eso adquiere serenidad.

La verdadera evolución espiritual es ir quitándonos esas máscaras que fuimos adquiriendo con nuestra educación y con las que nos sentimos identificados, nuestras creencias.

Ser espiritualidad no es negarse nada y tampoco agregarse algo.

Es simplemente vivir consciente.

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