«Entrar en silencio espiritual
va más allá de dejar de hablar con los demás.
Es un espacio de sanación y recogimiento interior.
Es un momento especial dedicado a uno mismo.
Es decisivo para cortar con el mundo exterior ppr un periodo de tiempo.
Es incluso una interrupción con la comunicación, teléfonos e Internet.
Es dejar de ver televisión, escuchar música, dejar de leer libros y distraerse con pasatiempos.
Es estar con uno mismo en profunda reflexión y serenidad.
Es útil para regenerarse y oxigenar nuestro espíritu.
Es regresar a nuestra fuente esencial, puesto que sirve para reencontrarse, observarse, escucharse, aceptarse, entenderse, reconocerse y amarse.
Es un viaje de contacto con nuestra realidad y naturaleza vital más esencial.
El silencio espiritual es un camino de retorno hacia nosotros mismos, hacia nuestro centro templo sagrado más íntimo.
Es nuestra gran alternativa para autosanar y encender nuestra propia luz interior.»
-Takiruna.