Mucha gente tiende a asociar la espiritualidad con la paz, la tolerancia y la aceptación.

Sin embargo, la tolerancia no siempre es divina y la paz no es necesariamente signo de amor.

Estas cualidades indican una disposición de serenidad que no siempre atiende a los requerimientos de la situación.

Cuando pretendemos paz y tolerancia, podríamos estar tratando de controlar, manejar o negar la existencia de una situación indebida.

Por ejemplo, ¿es realmente por amor que toleramos la drogadicción de un hijo? Ciertamente no. Un padre que evita el juzgar para mantener la paz en tal situación se está comportando irresponsablemente.

Guerrero Espiritual II: Transformando la Lujuria en Amor
Bhakti Tirtha Swami